Hoy se registró una escalada significativa en el conflicto entre Rusia y Ucrania, ya que Ucrania lanzó seis misiles de largo alcance Army Tactical Missile Systems (ATACMS) de fabricación estadounidense hacia la región de Bryansk en Rusia. Este ataque marca la primera vez que estas avanzadas armas se utilizan en territorio ruso, tras la autorización del presidente Joe Biden el pasado 17 de noviembre para que Ucrania empleara este tipo de armamento en su defensa frente a la agresión rusa.
El Ministerio de Defensa de Rusia informó que sus sistemas de defensa aérea interceptaron cinco de los misiles, mientras que el sexto resultó dañado. Fragmentos de los misiles provocaron un incendio en una instalación militar, aunque no se reportaron víctimas. Las autoridades ucranianas no han emitido comentarios oficiales sobre la operación, pero el ataque representa un desarrollo crítico en la guerra en curso.
En una respuesta rápida y alarmante, el presidente ruso Vladímir Putin anunció una actualización de la doctrina nuclear de Rusia, reduciendo el umbral para el uso de armas nucleares. La nueva política contempla el uso potencial de armamento nuclear si Rusia percibe un ataque de un estado no nuclear respaldado por una nación con armas nucleares.
La Casa Blanca aún no ha respondido a este anuncio, pero las tensiones entre Estados Unidos y Rusia alcanzan niveles críticos. Mientras que Estados Unidos continúa apoyando la soberanía de Ucrania, el Kremlin ha calificado estas acciones como provocadoras y escalatorias.
Este aumento en las tensiones podría tener implicaciones globales significativas, con analistas advirtiendo sobre los riesgos crecientes de malentendidos en un escenario internacional profundamente polarizado.
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