Trabajadores inmigrantes en la planta mta de Hyundai en el condado de Bryan, Georgia, soportaron semanas sin pago o recibieron cheques que rebotaron, según varios empleados que hablaron con Pasa la Voz como parte de una investigación en curso. El problema central fue Kotec, un subcontratista coreano que opera dentro de la planta, que presuntamente retuvo un estimado de $162,000 en salarios de 40 trabajadores durante un período de cuatro semanas. Otros trabajadores informaron haber recibido cheques que rebotaron en centros de cobro de cheques o en bancos, lo que resultó en tarifas adicionales.
Aunque algunos trabajadores recibieron inicialmente pagos parciales, muchos afirmaron que aún se les debían sumas significativas. También alegaron que empleados de otra empresa de personal utilizada por Kotec tampoco habían recibido sus pagos. El impacto de este presunto robo de salario fue devastador, ya que muchos trabajadores, incluidos jóvenes que viajaron desde Texas para trabajar, tuvieron que regresar a casa con las manos vacías, incapaces de mantener a sus familias o cubrir los gastos básicos. Algunos trabajadores incluso informaron haber sido acusados de estafar a los cobradores de cheques cuando sus cheques rebotaron, lo que provocó la intervención policial y una mayor humillación.
Aumentando el temor de los trabajadores estaba la reciente ley de inmigración aprobada en Georgia, HB 1105, que podría resultar en cargos criminales que llevarían a tiempo en la cárcel, ser reportados al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), o una posible deportación para los trabajadores indocumentados. Después de comenzar el trabajo con la esperanza de construir un mejor futuro a través de un trabajo honesto, muchos trabajadores describieron cómo cayeron en deudas para pagar facturas, pedir dinero prestado que no podían devolver por completo, y enfrentarse a un panorama financiero desalentador. De manera alarmante, este no fue un incidente aislado.
Ex empleados que han trabajado en la planta alegan que tal explotación es común entre varios subcontratistas que trabajan en la planta mega de Hyundai. Afirman que trabajadores de estos subcontratistas se han acercado previamente a Hyundai para resolver el problema, pero sin éxito. Según los testimonios, el sistema de subcontratación de Hyundai parece estar plagado de problemas, lo que lleva a una falta de responsabilidad y supervisión.
En un intento por apaciguar a sus empleados, representantes de Kotec, incluyendo a Geraldín Villamizar, prometieron repetidamente el pago, solo para retrasar y evadir cuando se les cuestionaba. Capturas de pantalla de conversaciones obtenidas por Pasa la Voz revelaron un patrón de promesas evasivas de pago “mañana” que nunca se cumplieron. En lugar de recibir sus salarios ganados con tanto esfuerzo, algunos trabajadores tuvieron sus chalecos de seguridad confiscados y fueron despedidos sumariamente.
En un mensaje de texto, un empleado preguntó: “Si pedimos perdón, ¿nos devolverán nuestros chalecos?” Otros trabajadores permanecieron, todavía laborando sin ningún pago, ya que muchos fueron llevados a creer que no recibirían pago si dejaban de trabajar. Una de las pruebas más convincentes en esta saga en curso son los mensajes de texto intercambiados entre los trabajadores de 24M Global Solutions bajo Kotec y Villamizar, quien parece ser el intermediario entre la gerencia coreana y la fuerza laboral latina. En uno de los intercambios, un trabajador preguntó desesperadamente a Villamizar si quedaba dinero para pagarles. “No, por eso no te han pagado aún,” respondió Villamizar.
Complicando aún más la situación estuvo la participación de una compañía de renta de herramientas, que supuestamente retiró su equipo debido a una deuda de seis meses sin pagar por parte de Kotec, según empleados actuales y anteriores. Esta acción alimentó los temores entre los trabajadores de que Kotec estaba al borde del colapso financiero, dejándolos con poca esperanza de ver sus pagos.
“Si no pueden pagar a una empresa estadounidense legítima, no creo que haya ninguna esperanza de que nos paguen a nosotros,” dijo un empleado a Pasa la Voz. Cuando se contactó a Hyundai, su respuesta fue cautelosamente optimista. Un correo electrónico de la planta decía: “Este es un problema de pago relacionado con lo que parece ser proveedores de segunda y tercera categoría. Estaremos dando seguimiento con los proveedores involucrados.” Si bien esto ofrecía alguna garantía, hizo poco para aliviar el sufrimiento inmediato de los trabajadores, quienes supuestamente plantearon preocupaciones similares en el pasado sin una resolución satisfactoria.
Agraviando sus problemas financieros, estos trabajadores vivían bajo el miedo constante de redadas de inmigración. Aunque la planta mega de Hyundai negó tales ocurrencias, numerosos testigos relataron haber sido instruidos por la gerencia para huir durante redadas sospechadas, destacando el papel crucial que la mano de obra inmigrante desempeña en las operaciones de la planta. Un ex empleado describió una escena de caos cuando se difundió la noticia de una inminente redada en la planta. Los trabajadores soltaron sus herramientas y huyeron en todas direcciones, temiendo la detención y deportación.
La difícil situación de los trabajadores latinos fue compartida por otros en el sitio, incluidos aquellos traídos desde Corea por Kotec, según fuentes familiarizadas con la situación. Algunos trabajadores coreanos también fueron obligados a regresar a Corea después de experimentar problemas similares de no pago, mientras que otros permanecieron, aferrándose a la esperanza de que eventualmente serían compensados. Estos trabajadores, lejos de casa y con familias que mantener, se encontraron atrapados en el mismo ciclo de promesas rotas e inestabilidad financiera.
Sin embargo, después de que Pasa la Voz publicara los hallazgos iniciales de esta investigación el último viernes de julio, se lograron avances significativos. Para el miércoles siguiente, que fue el último día de julio, todos los trabajadores involucrados habían recibido la totalidad de sus salarios. Esta resolución marca una victoria crucial para los trabajadores, demostrando el poder del periodismo de investigación para responsabilizar a las empresas.
Pasa la Voz continúa buscando más información y comentarios, y actualizará esta historia a medida que surjan nuevos detalles.